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En el año 2014, el Grupo Draugiem, una empresa especializada en redes sociales, llevó a cabo un experimento en el que rastrearon la actividad de todos sus empleados utilizando la aplicación DeskTime para medir la productividad. Este software es bastante popular en empresas modernas porque permite medir el tiempo de trabajo de sus empleados y qué tan productivos son en realidad.
El objetivo del experimento era conocer los hábitos que tenían sus mejores empleados, aquellos que eran más productivos. Eso que los diferenciara de los demás. Lo que encontraron fue, que el 10% de empleados con mayor productividad tomaban descansos bastante regulares. No ponían más horas de trabajo que nadie, tampoco trabajaban las normales 8 horas al día completas, sino que específicamente, tomaban 17 minutos de descanso entre cada 52 minutos de trabajo.
El mismo principio del Pomodoro
Por muchos años la técnica Pomodoro ha sido una de las más usadas por aquellos que quieren incrementar su productividad. El proceso es extremadamente simple y en la gigantesca mayoría de los casos ofrece resultados buenos y rápidos: trabajar periodos de tiempo cortos y tomar descansos pequeños entre cada sesión. Los Pomodoros usualmente son de 25 minutos con un descanso de 5 minutos, aunque hay muchas variantes de la técnica, y cualquiera puede elegir los intervalos de tiempo como mejor le parezca, siempre y cuando no sean demasiado largos, casi nunca más de una hora seguida de concentración.
La regla 52/17 aunque parece bastante al azar, puede aceptarse de forma razonable sin que al mismo tiempo sea una ley inquebrantable. El principio es el mismo de Pomodoro, y solamente deja claro que quizás exista un estándar de oro en cuanto al tiempo que podemos concentrarnos más intensamente en completar tareas, y en cuanto al tiempo que necesita nuestro cerebro para refrescarse y recargarse.
Las personas no estamos hechas para trabajar ocho horas seguidas sin descanso, el cerebro se fatiga, nos aburrimos, y la productividad declina. Muchas veces pasamos horas frente al escritorio perdiendo muchos minutos simplemente con la mirada perdida sin podernos concentrar o decidir cuál será la siguiente tarea que vamos a abordar. En lugar de hacer eso, simplemente debemos pararnos, tomar un descanso y alejarnos completamente de todo lo relacionado al trabajo.
La clave está en aprovechar esos 52 minutos y poner la mente a trabajar, en cumplir objetivos, en empezar y terminar las cosas, no en procrastinar. Y, luego comprometerse con el descanso, algo que distraiga tu mente por completo. Pararse del escritorio, estirarse, quizás hacer algún ejercicio, leer unos capítulos de un libro, jugar un videojuego, comer una merienda, tomar un café y charlar con alguien de cualquier cosa, comprar zapatos en Internet... algo que no sea interrumpido por emails de trabajo.
Si te interesa la técnica 52/17 puedes echarle un ojo a Fokasu, un temporizador creado justamente con ese intervalo de trabajo/descanso que puedes abrir en una pestaña de tu navegador.