- Antes que nada, ¡escúchalos! Necesitas saber qué motiva a cada uno de tus empleados para poder ofrecérselo. Aumentos salariales, más tiempo libre o mayores responsabilidades, son algunas de las motivaciones que quieren los empleados. Los harás sentir cómodos y motivados.
- Una vez conozcas las motivaciones de cada uno de ellos, es momento de trazar conjuntamente un plan de acción. Charla de manera individual con cada uno de ellos, y cuéntales los objetivos que tienen, de manera que tendrán una dirección clara en la que trabajar.
- Eres uno más, ¡predica con el ejemplo! Trabaja como todos e implícate al máximo, de manera que seas un referente en la forma de trabajar.
- La comunicación no verbal es esencial. Así que, presta atención a todas las acciones y señales que indiquen que algo les motiva. Ellos sentirán que te interesas por su comodidad y motivación dentro de la organización.
- Agradece a todos los empleados todo el esfuerzo que ponen en cada proyecto y en cada objetivo alcanzado. Algunos preferirán que los alabes en público y otros en privado, identifica cómo lo prefiere cada uno y hazlo.
- ¡Confía en ellos y delega tareas! Las ventajas de delegar tareas son muchas, harás que todos estén implicados en los proyectos y tu agobio será menor.
- Despierta el interés de los empleados por la formación y los nuevos conocimientos.
- No descuides las habilidades y capacidades de los empleados. Y vela porque estén siempre actualizadas.
- Es inevitable que aparezcan conflictos, pero es esencial saber resolverlos rápidamente y de manera eficaz. Así que ten un plan para la resolución de conflictos
- Si todos tus esfuerzos en motivar a algunos miembros no sirven de nada, no temas en despedir a quien sea necesario. El resto de empleados que flojean en su trabajo verán esta señal como una alerta y cambiarán su implicación.
